Sábado 19 de Noviembre de 2011
Mi querida y adorada Valentina, Dios hizo a los seres humanos en Hombre y Mujeres, y les dio el poder de originar nuevas vidas humanas en colaboración con Él. Por la íntima unión que llamamos acto sexual, el hombre y la mujer producen una imagen física de ellos mismos, y a este nuevo cuerpo tan maravillosamente comenzado Dios le infunde un alma espiritual e inmortal, que es la que nace después de 9 hermosos meses pero llenos de angustias e incertidumbres.
Es Dios quien ha concedido a tus papitos la facultad de procrear, a través de la potencia sexual. Es Él quien (para garantizar la perpetuación del género humano) unió al uso de estos órganos un grado muy elevado de placer físico.
Pero sobre todo es Él quien, para cada cuerpo recién concebido, crea un alma espiritual, que durará eternamente, y la infunde en ese minúsculo óvulo fecundado. De ahí que por la relación esencial a Dios, que participa en el acto procreador al infundir un alma, el sexo resulte no sólo una cosa buena, sino una realidad sagrada, santa.
La Santa Sede (El Vaticano, ya tendremos tiempo de hablar de ellos), por medio del Santo Pontífice Juan Pablo II (Polonia 18 de Mayo de 1920 - Ciudad del Vaicano 2 de Abril de 2005) como ves para el año en que tu naciste ya no era Santo Padre) en el año 1987 emitió un documento eclesiástico llamado: “Donum Vitae” Instrucción sobre el respeto de la vida humana naciente y la dignidad de la procreación; de la cual quiero extraer textualmente la siguiente idea:
“Todo ser humano debe ser acogido siempre como un don y bendición de Dios. Sin embargo, desde el punto de vista moral, sólo es verdaderamente responsable, para con quien ha de nacer, la procreación que es fruto del matrimonio. La generación humana posee de hecho características específicas en virtud de la dignidad personal de los padres y de los hijos: la procreación de una nueva persona, en la que el varón y la mujer colaboran con el poder del Creador, deberá ser el fruto y el signo de la mutua donación personal de los esposos, de su amor y de su fidelidad. La fidelidad de los esposos, en la unidad del matrimonio, comporta el recíproco respeto de su derecho a llegar a ser padre y madre exclusivamente el uno a través del otro. El hijo tiene derecho a ser concebido, llevado en las entrañas, traído al mundo y educado en el matrimonio: sólo a través de la referencia conocida y segura a sus padres pueden los hijos descubrir la propia identidad y alcanzar la madurez humana. Los padres hallan en el hijo la confirmación y el completamiento de su donación recíproca: el hijo es la imagen viva de su amor, el signo permanente de su unión conyugal, la síntesis viva e indisoluble de su dimensión paterna y materna”
Todo esto lo escribió el que actualmente es el Santo Padre: Benedicto XVI y que para esa época era el Prefecto de la Congregación para la doctrina de la Fé y se llama Joseph Ratzinger (Luego también hablaremos de él)
Esta idea que te acabo de exponer me sale del corazón y quiero dedicártela para que te des cuenta de lo importante que eres para tú Mami y Yo, además dedicarte el siguiente video que me pareció hermoso y la canción es fabulosa, me eriza la piel.
Para terminar te voy a dejar esta frase para que la pienses:
“Sin duda Dios escoge a sus siervos al nacer, o quizás incluso antes de nacer” Epicteto.
TE AMO MAS QUE A MI VIDA mira el video y escúcha la letra.
http://www.youtube.com/watch?v=x4flmpBbBbg
